8 de març del 2010

Ramoneda y la hegemonía conservadora

Denso artículo de Josep Ramoneda en el suplemento Domingo de El País de 07/03/2010. Leído de corrido hay el riesgo de confundirlo con uno de tantos artículos de retórica huera. No lo és, y para ponerlo de relieve me he permitido aislar una docena de frases fuera de su contexto. No para sustituir la lectura del artículo -que conviene hacer de forma íntegra y sosegada- sino para ver con mayor claridad, primero algunos árboles principales, y luego, el bosque. Y la conclusión -el bosque- es que la España democrática (y con ella Catalunya) es y ha sido en todo momento conservadora. La supuesta mayoría progresista que entregó el gobierno a Felipe González en 1982 no fue más que una mentira piadosa que nos contamos a nosotros mismos; ni la sociedad ni el partido socialista quisieron nunca ser realmente de izquierdas. Mucho menos el partido socialista de Zapatero que renunció a la cultura de la redistribución por la cultura de la productividad. Y esto es así, en definitiva, y no puede ser de otra manera, porque «el miedo a perder posición» es conservador.       

  • La última palabra la tiene una mayoría de jueces emanada de la derecha.
  • La izquierda tiene el gobierno pero los poderes reales los tiene la derecha.
  • La izquierda no ha sido capaz de construir una hegemonía social real
  • Los socialistas cedieron gran parte del poder económico público al sector privado
  • En la justicia no ha habido reformas estructurales de fondo
  • Las inercias gremiales que le dan a la justicia una base indefectiblemente conservadora.
  • Felipe González tuvo que asumir un marco de orden y de bienestar
  • Las clases medias españoles una vez consolidadas, fueron un excelente terreno abonado para la hegemonía conservadora.
  • Zapatero no tocó ninguno de los poderes reales.
  • Zapatero entró directamente en la lógica económica dominante: de la cultura de la redistribución a la cultura de la productividad
  • La lógica económica dominante abre la vía de dos nuevas líneas de conflicto: entre autóctonos y extranjeros, entre empleados y desempleados.
  • España es más conservadora porque el miedo a perder posición se ha extendido

12 comentaris:

  1. Edurne, no siguis tan dura. Ara Brian, em sembla que posar Ramoneda com a referent és molt arriscat:) És interessant de totes maneres saber que pensen les patums a qui no llegim, amb un bon extracte que has fet -no com altres:)-, del que en definitiva extrec: Quan hi ha pela el poble és conservador -i els polítics- i que Ramoneda pretén exculpar els socialistes o atenuar les seves errades tot dient que ells no volien... que en realitat la culpa és dels altres, que no poden fer res...Jo no ho crec pas.

    ResponElimina
  2. Criteri: A mi no em sembla que Ramoneda pretengui justificar el PSOE; està parlant de la societat espanyola. El que ve a dir, precisament, és, que el PSOE, d'una banda no ha reeixit a l'hora de parar els peus al poder real en mans de l'estament judicial i econòmic i, d'un altre, tampoc ha reeixit en la labor de liderar una societat progressista. El resultat es que som una societat conservadora i, el més irònic, que es creu ser progressista.

    Canviant de tema: em sembla que us equivoqueu els que doneu joc als trolls. Es la meva opinió personal, es clar, per descomptat que sou molt lliures :-). Senzillament, al meu bloc no s'hi admeten.

    ResponElimina
  3. Tens raó...però jo també, perquè sibil.linament -com éfa ell- també ve a dir que si hagués pogut parar els peus a jutges i financers seríem un país amb política d'esquerra, i feliç. Un argument -o excusa- falaç i no massa intel.ligent, la veritat.
    Ja fa dies que no apareix per casa meva cap troll.

    ResponElimina
  4. Borja: Te agradezco la buena intención (que siempre te supongo, aunque no siempre entiendo) pero estos asuntos prefiero tratarlos a mi manera. Recuerda lo del efecto mariposa :)

    ResponElimina
  5. Mucho me temo que en este país nos sobran análisis ideológicos y nos faltan comportamientos éticos. Aquí -quizás por nuestra herencia católico-trentina- predicamos mucho y damos poco trigo. Que hay una enorme masa conservadora está fuera de toda duda. Que la izquierda ha gobernado al estilo del despotismo ilustrado con toques populistas no es menos cierto. Que hay un abismo entre las élites y el pueblo es verdad de perogrullo, pero verdad al fn y al cabo. Que toda la política en este país se reduce a atizarle al adversario y a buscar el banderismo, es artículo de fe. Que los límites entre la izquierda y derecha son tan difusos como para que la intención de voto se base más en los personalismos que en las ideas, ¿quién lo duda? Es decir, nos lleva todo a la conclusión de que el divorcio existente entre los "profesionales" de la política y sus administrados es obra del gatopardismo que nos ha dominado desde la recuperación -perdón, desde la donación..- de la democracia. Y esas cosas se pagan. Como se paga la politización de la Justicia con las famosas cuotas, de las que se deriva el desprestigio de la misma. Si los jueces se relacionan entre sí a golpe de demanda, ¿qué podemos esperar los mortales de a pie? ¡Calamidades como el Calamita que "gobernaba" a su antojo antediluviano lo bueno, lo malo, lo regular y lo atenido a derecho. Ahora echan pestes del Fiscal del Estado. ¿Se acuerda alguien de Cardenal, aquel paniaguado? El PP se indigna si se defiende a Garzón, pero olvida que ellos lo han puesto como un trapo.
    En fin, lo dicho, que nos falta ética y nos sobra la estética pseudoideológica de la bandería y la facción. Ahora bien, el negocio es el negocio, y cada cual defiende con uñas y dientes su poltrona.

    ResponElimina
  6. Hombre, Juan, se le echaba de menos. Yo creo que sobrar, no sobra nadie, lo que sí es cierto es que cada uno debe hacer su trabajo; los analistas a analizar y los políticos a liderar la sociedad. Y me temo que, en estos momentos, la cosa cojea de ese pié. Y que conste que no soy de los que achacan todos los males a los políticos (hoy mismo -sin ir más lejos, y a propósito del temporal de nieve- oyendo y leyendo los medios de comunicación se diría que los únicos que no cometen fallos y tienen soluciones para todo son los periodistas y los tertulianos). Pero dejando de lado los periodistas, y las voces de sus amos, habrá que convenir que alguna responsabilidad tienen los partidos políticos en la tan traída y llevada "desafección" y la caída en picado de la confianza de la gente en los partidos.

    Volviendo al artículo, el quid de la cuestión está, para mí, en esta frase:

    Zapatero [y ahí podría decirse el PSOE] entró directamente en la lógica económica dominante: de la cultura de la redistribución a la cultura de la productividad

    En la Europa de hoy esta, y no otra, es la diferencia entre izquierda y derecha: redistribución vs productividad. Si el objetivo prioritario de la alta política nacional se reduce a ver como podemos ser más competitivos con China y el sudeste asiático, para esto no necesito al PSOE; esto saben hacerlo mejor el PP y la CEOE.

    ResponElimina
  7. Lo que no veo claro, Brian, es que se pueda entrar en la lógica de la redistribución sin pasar antes por la de la productividad. Del mismo modo que sigo sin entender la cómoda posición obrera que piensa que las empresas son "exclusivamente" de los empresarios.
    Pero a lo que yo venía era a comentarle la encuesta "pro parte" de La Vanguardia. Quizás confunde el deseo con la realidad, pero como síntoma no está nada mal. Después de 7 años en los que la izquierda, tripartida, es cierto, pero izquierda al fin y al cabo, por sedicente que sea, ha ejercido el poder, el resultado histórico es que le deja en bandeja el poder al centroderecha, casi con mayoría absoluta. Como estamos lejos de las elecciones, podemos ensayar ya las disculpas que nos vendrán en vez del reconocimiento de los errores. Al final, por parte del PSC, antes PSC-psoe, volverá a reeditarse la lucha entre sus dos famosas almas, por más que el poder del Llobregat haya decantado el Partido hacia el soberanismo. Cuando se hace política-ficción pasa eso: al final nadie sabe ni dónde está ni a quién representa, porque todos se disfrazan y metamorfosean. En fin, que se avecinan tiempos tediosos en los que la necedad campará a sus anchas. ¿Será verdad que todos llevamos un presidente del gobierno dentro, del mismo modo que llevamos un seleccionador nacional?
    Expectación.

    ResponElimina
  8. ¡Qué españolísima que se está poniendo nuestra Cataluña una, grande y libre! "La mal follá", nada menos, es el último acto del sainete siniestro al que asistimos a oscuras y congelados...

    ResponElimina
  9. No tengo palabras. Alguna vez, en momentos de escepticismo y desesperanza en relación a la socialdemocracia, me había refugiado en la supuesta izquierda "de verdad". Ya ni este recurso me queda: no hay izquierda, ni de verdad ni de mentira. Lo hice la última vez y me temo que no me dejan otra alternativa.

    ResponElimina
  10. Avui la Rahola es despatxa a gust amb el Ramoneda, a LV, on diu que és el progre oficial nacional. A emoticies. ja he dit que cal anar-hi:)

    "en la lógica de la redistribución sin pasar antes por la de la productividad." Vet aquí, redistribuir la riquesa que altres han impulsat i que l'esquerra no sap. Tot i que ja he dit que el llenguatge aquest i el creixementisme no m'agrada,ja que sóc partidari de sopar una vegada.

    ResponElimina
  11. Gràcies per la referència, Criteri, he llegit els dos articles. Cada un diu el que ha de dir; en Ramoneda es lamenta d'un fracàs anunciat: un impossible tripartit que no enganxa ni amb cola i una impossible esquerra catalana que mai ha superat el seu pecat original. La Rahola a lo seu: repartir credencials i donar lliçons de coherència. No cal que et digui que les lliçons de coherència de la Rahola me les estalvio ;-)

    Personalment, res a dir: felicito als nacionalistes de dretes (valgui la redundància) pel la seva propera victòria i em retiro al meu exili interior. ;-)

    ResponElimina
  12. De l'exili, Brian, surten no poques reflexions que il.luminen els nostres dies. La distància permet, sovint, triar millor les idees i sobretot els arguments amb què defensar-les. Retiri's, si vol, però comparteixi amb nosaltres els fruits saborosos del seu escepticisme.

    ResponElimina