La expresión se extendió cual mantra desde las primeras y deslavazadas crónicas de urgencia. A un redactor cualquiera le pareció la más apropiada para la ocasión y ninguno de los que le siguieron se atrevió a usar ninguna otra menos piadosa. Seguramente el término "familiares" no les pareció suficientemente dramático dada la magnitud de la tragedia. Se dirá que de todas las tropelías perpetradas por los medios (sobre todo audiovisuales) a raíz del accidente de aviación, esta es la menor. Cierto. Y cierto también que más de un redactor serio (y algún qué otro profesional de la indignación impostada) se han ocupado del tema. Con ingredientes tales como el periodo vacacional (con sus suplentes y sus becarios ávidos de aprovechar la huidiza oportunidad), la excepcionalidad de la noticia y la necesidad de rellenar cada vez más horas, de cada vez más parrillas, la bazofia del resultado era inevitable.
Si tomo esta anécdota mínima como pretexto de esta entrada, es porque ejemplifica el subjetivismo de los relatores/fabricantes de la noticia. Y el hecho de que este subjetivismo se deslice de forma sutil no me parece ningún atenuante, sino todo lo contrario: precisamente porque lo sutil es susceptible de pasar desapercibido. Y esto es lo peor del caso: que nos parezca la cosa más normal del mundo. El relator de la noticia no tiene ningún derecho a inmiscuirse en los sentimientos de los involuntarios protagonistas del acontecimiento; si las víctimas eran seres más o menos queridos por sus familiares o allegados es algo que pertenece a la esfera personal de cada uno de ellos, y que al reportero no debe importarle ni formar parte de la fantasía de su relato; su deber profesional es atenerse a los hechos y relatarlos con la mayor fidelidad y profesionalidad posibles. Nada más.
30 d’agost del 2008
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Brian: El seguimiento del accidente de Barajas por parte de algunos medios informativos ha sido sencillamente indecente.
ResponEliminaEvité ver o leer cualquie cosa relacionada con el accidente, porque creía que no me iba a enseñar nada y sólo me iba a hacer sufrir, pero sobran ejemplos en prensa, con la televisión a años-luz del resto de medios, de este impudor morboso de algunos periodistas. Pero yo creo que es algo consciente y deliberado, "justificado" por el tirón que tiene.
ResponEliminaUn saludo.